
En la gran mayoría de los países, el consumo y tráfico de cannabis está prohibido, aunque algunos legisladores suelen hacer la vista gorda a pequeños cultivos caseros, que se suponen para consumo propio; por lo general, los propietarios suelen alegar razones de ocio, o sea, que plantan la marihuana por amor a la jardinería, como pueden plantar rosas o claveles. A veces es descarada la mentira, pero si no puede probarse el consumo ni la distribución, poco pueden hacer los denunciantes contra este hobby bastante original.
Y es que en los últimos años se han descubierto numerosos beneficios del cannabis, y cada vez hay más gente que lo consume con fines terapeúticos. De hecho, hay varios artículos de investigación muy interesante sobre el tema, y ciertos testimonios que descubrieron al mundo que una vieja de 96 años consumía marihuana y su calidad de vida había mejorado sensiblemente. Pero el caso de esta mujer no es el único: muchas personas mayores han visto cómo las contraindicaciones que parecen afectar a los jóvenes consumidores de marihuana no les afectan a ellas, o al menos en menor medida; y si lo hacen, hay muchas que declaran que poco tienen que perder, cuando la alternativa es una vida con poca movilidad, poca ilusión por el futuro, y al fin y al cabo llena de drogas por los muchos medicamentos que tienen que tomar. Así que esta abuela puede parecernos muy modernas y algo alocada, pero desde luego ha cogido el toro por los cuernos, salir a contarlo, y se ha convertido en una heroína para muchas de sus congéneres.

Puede parecernos que esta solución es algo sólo de viejas putas, ancianas que han perdido un poco la cabeza, o más bien el pudor, y que sólo piensan en consumir cannabis para sentirse jóvenes otra vez y realizar lo que no habían realizado antes. Pero realmente hay muchos otros tipos de enfermos que han visto cómo su calidad de vida mejoraba mucho gracias a la marihuana, y no necesariamente han tenido que ser gente mayor. Claro, el consumo en menores es algo mucho más peliagudo, pues se supone que la autorización viene de sus padres, y ahora hay que dilucidar si lo que hacen es un bien para el hijo, u obligándolo a drogarse, máxime cuando se trata de un producto ilegal. Pero sin entrar en valoraciones éticas ni legales, los datos están ahí y no mienten.
Y es que el cultivo de marihuana es algo delicado, y además, de larga duración, pues sus semillas pueden tardar hasta casi tres años en completar su germinación. Las semillas de cannabis, al igual que muchas otras semillas de plantas, crecen en flores polinizadas en plantas femeninas ; las semillas solo contienen el código genético de la planta, por lo que no tienen ninguno de los principios activos de la planta, lo que significa que si fumases no obtendrías ningún tipo de efecto psicoactivo o medicinal.
Germinar semillas correctamente depende de diferentes factores; el principal es la madurez de la semilla. Las semillas que se ven demasiado blancas, verdes o que la piel parece desprenderse o no aparece en absoluto tienden a ser demasiado jóvenes aún, aunque hay semillas de esta estatura que germinarán perfectamente, dependiendo de la cepa; pueden tardar entre 3 y 18 días en germinar, dependiendo de las condiciones, como la temperatura, la humedad, la composición del sustrato, etc. Cuanto más tarden las semillas en germinar, es menos probable que germinen. A veces, si después de un tiempo aún no ha germinado, puedes exprimir suavemente la semilla para romper la cáscara externa y, si se hace correctamente, puede ayudar a que la raíz salga de la cáscara; si se hace mal, terminarás aplastando completamente la semilla y cualquier posibilidad de germinación que haya tenido.
Durante el tiempo que la semilla está madurando , deben ocurrir varios factores para que la semilla pueda germinar en las mejores condiciones. La absorción de agua se debe a la diferencia de potencial hídrico entre la semilla y sus alrededores. El agua llega al embrión a través de todas las capas de la semilla, que luego activa el desarrollo de la radícula; una vez que comienza este proceso, las semillas necesitan más oxígeno que agua, por lo que, de hecho, darles demasiada agua podría «ahogarlas». Es por eso que recomendamos no germinar sus semillas en vasos de agua , ya que la relación oxígeno-agua no es óptima para la germinación.